Tos convulsa en Comodoro: cuando los niños corrían (y corren) peligro

La Chica que Hace Tragos

La vieja de historia

¿Cómo habrá sido en el pasado de nuestra ciudad, cuando había brotes de tos convulsa? Allá vamos. Viajemos en la línea de tiempo.

Principios de los años treinta. La peligrosa tos convulsa, tos coqueluche o tos ferina anduvo trayendo problemas. Todavía no se contaba con la vacuna para prevenirla, porque aunque ya había sido descubierta, recién llegaría en la siguiente década. ¿Solución? Aislamiento de quienes, ante el contagio, eran los que sufrían los síntomas más duros y que, incluso, podían llegar a la muerte: niñas y niños.

Dice la vieja de historia que, tal como ocurre hoy con la enfermedad covid-19 en que se aísla al grupo de riesgo, el aislamiento no afectó a todos por igual. Para algunos niños fue mucho más doloroso. Y que hay documentos históricos que lo prueban. 

• 2 de agosto de 1933. Ante el brote de la enfermedad infecto contagiosa TOS COQUELUCHOSA, la Sala de Asistencia Pública (equivalente a un modesto consultorio municipal y antecesora del Hospital Municipal de la ciudad) señalaba  que “se impone prohibir entrada niños menores de 14 años al cine”.
• 8 de agosto de 1933 volvió a remarcar la prohibición “pues aparecen graves complicaciones pulmonares” (Expedientes 846A y 876A/1933. Archivo Histórico Municipal Comodoro Rivadavia).

Cine Coliseo, sobre calle San Martín. Fue fundado en 1931, con sucesivos cambios hasta que en 1949 adquirió su localización y fachada actual. Fuentes: Comodoro 70, ed. El Patagónico y Dickinson College, Mosaico de la patagonia. 

• 17 de agosto de 1933. Un padre, pobre de solemnidad como se les denominaba por entonces, de quien inferimos era viudo, pidió alimentos al municipio porque son su solo trabajo no podía alimentar a sus dos hijos menores que estaban internados en la Casa del Niño “y por ser la enfermedad contagiosa fueron despedidos de allí”. Era el mencionado brote de tos convulsa. Se le concedió lo que habitualmente en casos de pobreza: diariamente 1 kg. pan, 1 litro de leche y 1 kg. de  carne por 30 días. (Expediente 902 M/1933. Archivo Histórico Municipal Comodoro Rivadavia).

Medidas similares con las escuelas de Comodoro Rivadavia, pero estas afectaban a todos por igual. Se trataba de la escuela 83, por entonces Escuela Nacional Nº 24 y la Escuela 119, en las que estarían sin clases tanto los niños pobres escolarizados, como los que por sus ingresos familiares, además de ir a la escuela podían ir al cine. Las enfermedades nos igualan. Y también señalan las diferencias con brutalidad. Susanita, personaje de la eterna Mafalda, también nos hace pensar en esas diferencias. ¡Grande, Quino!

Malfalda de Quino. Universal, no necesita presentación : )

La tos convulsa hoy, en Comodoro

Consultamos a una Señora Pediatra, la Dra. Mara Márquez de nuestra ciudad. Nos contó que todavía hoy tenemos casos de tos convulsa en Comodoro, pese a que contamos con vacuna. Dice la Sra. Pediatra que cuando hay un niño enfermo se lo aísla y se medica a toda la familia. Inclusive los agentes sanitarios van su domicilio y verifican si hay vecinos enfermos. Se medica fácilmente, claro... si es detectado. ¿Cómo se previene?  Con las vacunas: sobre todo vacunar a las embarazadas, esto es clave para que el bebé esté protegido antes de terminar su esquema de vacuna a los 6 meses. Y por supuesto, con el cumplimiento del plan de vacunación.


¡Un poco de diversión con la coctelera, por favor!

Dice La Chica que hace Tragos que cuando se hablamos de cócteles casi todos piensan en alcohol.  Frases como "yo no tomo tragos porque no bebo alcohol", o "vine en el auto, no puedo tomar" son muy comunes. Quiero decirles que estas frases para mí no tienen ningún sentido, y después de leer esto, para ustedes tampoco lo tendrá. 

Ya sea un asado familiar al mediodía, un atardecer o noche con con amigos, cócteles de por medio, siempre hay algún niño rondando a "La Chica que Hace Tragos". Es que pude demostrarle a sus padres que los bajitos también son jurisdicción de un mezclador de bebidas. Jugos coloridos, frutas, gaseosas caseras, y por qué no también, golosinas: ¿qué niño se resiste?

La coctelería es para todos: grandes que deseen beber alguna mezcla de bebidas incluyendo alcohol y opciones de preparados sin alcohol para grandes y chicos.

"Jarabe para la tos", un cóctel para chicos... y grandes 
Por La Chica que Hace Tragos

Para este cóctel saludable vamos a jugar un poco a preparar una fórmula medicinal, porque si bien los ingredientes están algo alterados, no dejan de ser naturalmente medicinales: 

 -2 oz de jugo de mandarina recién exprimida, para no perder el aporte de vitamina C
- Gaseosa casera de jengibre y miel. Aportando al cóctel la vitamina C y el magnesio del jengibre y un potente antibacteriano, miel de abejas 
- Por último, necesitamos un antiséptico y descongestivo: caramelos de eucalipto 
- Hielo

"Jarabe para la tos". ©La Chica que hace Tragos

La Ginger Ale es una gaseosa poco usual, pero accesible para todos, la podes llegar a conseguir en el supermercado. Por estos tiempos de aislamiento, en que tratamos de salir de casa lo menos posible, podemos fabricarnos nuestra propia Ginger Ale en casa, que también puede servir como "experimento" para pasar la tarde con los chicos. Los invito a ver el paso a paso de "Recetas de cuarentena: Ginger Ale".
En este caso vamos a versionar la gaseosa, usando almíbar de miel* en vez de almíbar simple.
En un vaso colocamos un poco de hielo y servimos el jugo de mandarinas y la gaseosa casera, la integramos con una cuchara (no revolvemos para no sacar el gas de la soda) y decoramos con caramelos de eucalipto, si quedan adentro del cóctel, mejor, será más divertido comerlos.
*Almíbar de miel: en una olla poner una parte de agua por 3/4 de miel y 1/4 de azúcar. Cocinar hasta que la miel esté líquida y el azúcar disuelta, no hervir. Dejar enfriar.

Salud!